lunes, 13 de junio de 2011

¿Artistas, terroristas o revolucionarios?

Preguntaba una periodista de la Emisora de la Universidad de Antioquia si alguna vez habíamos tenido dificultades con la autoridad a la hora de fijar los puntos de atraco en la ciudad, entusiasmados respondimos que aún no, advirtiendo que recién empezaba nuestra labor...Pues bien, ya tuvimos nuestro primer altercado con el cuerpo policial. Enardecida por el momento y sumida en su labor de fijación de los puntos, una integrante de nuestro Colectivo llegó a concluir que su dinero y el de todos nosotros, colombianos víctimas de la inseguridad, se perdía también en gastos de funcionamiento de los CAI y de estaciones de Policía que no cumplen a cabalidad con sus deberes; consecuente con su razonamiento, y llena de valor, tomó un punto y velozmente lo fijó en el CAI de la Policía Nacional ubicado en el Parque de Bolívar en la ciudad de Medellín, entre tanto otros dos integrantes del Colectivo tomaban el respectivo registro y entregaban al más barrigón de los policías un ejemplar del periódico Universo Centro, para dar a conocer el sentido de nuestra propuesta. Cinco minutos habían transcurrido cuando el Colectivo Papabomba en pleno se hallaba al interior del citado CAI.

Sentado en su escritorio, como suele ocurrir, el indignado Comandante preguntaba si éramos ARTISTAS, TERRORISTAS o REVOLUCIONARIOS, hacíamos nuestros mejores esfuerzos para que lograra entender que no se trataba de una propuesta para ridiculizar u ofender a la Policía Nacional, sino que con ella se buscaba señalar los lugares peligrosos de la ciudad (y con el perdón de aquellos agentes del orden, ese parque en donde está ubicado el CAI es uno de los más peligrosos de Medellín) para que tanto la Policía como la ciudadanía en general los tuviera presentes. En medio de los cuestionamientos y reclamos que se nos hacían, dos personas fueron a poner un denuncio allí, cuál sería nuestra sorpresa al ver que no fueron atendidas porque era la hora del almuerzo, otra más que pasaba por allí, conminaba a los agentes a cumplir con sus funciones en lugar de estar molestando a unos indefensos jóvenes. Tras unos cuántos minutos para el intercambio de ideas y pareceres, permitieron nuestra retirada, no sin antes decirnos que nuestra labor en lugar de criticar a la Policía debería ser de denuncia a la Fiscalía y a los entes acusadores, pues aunque las autoridades lograran atrapar a todos los ampones de la ciudad, los mismos son liberados a los pocos días por tratarse de delitos menores...
¡Hemos estado pensando en ello!

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